Tres jóvenes murieron de madrugada asfixiadas y dos se encuentran ingresadas una en estado crítico y otra grave al resultar aplastadas en una multitudinaria fiesta de Halloween, que se celebraba en el pabellón deportivo Madrid Arena de la capital, junto a la Casa de Campo y propiedad del Ayuntamiento. Las víctimas tienen entre 17 y 20 años y son todas españolas. La Policía, que investiga si se respetaba el aforo —de 10.600 personas— y si las medidas de seguridad eran las correctas, habla de una "avalancha" y apunta a una bengala como origen del suceso, que ha producido no en la pista de baile sino en el pasillo principal de acceso. El Ayuntamiento, que lo define como un "agolpamiento", también señala a un petardo o una bengala.
Las familias de las víctimas están localizadas y avisadas. Una de las fallecidas es Katia Esteban Casielles, de 18 años, nacida en Madrid y que vivía en el municipio de Daganzo; otra se llama Rocío Oña Pineda, también de 18 años y de Madrid. Hay una tercera que había sido en un principio identificada erróneamente, pero que finalmente es Cristina Arce de la Fuente, amiga de Rocío y ambas residentes en el barrio de Alameda de Osuna de la capital. Las dos ingresadas son María Teresa Alonso Vinateo, de 20 años, que está en el hospital Jiménez Díaz, y Belén Langdon Real, de 17, en el Doce de Octubre, informan Jesús Duva y Francisco Javier Barroso.
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